La esperanza no defrauda nunca

La esperanza no defrauda nunca”. Así se llama el nuevo libro del Papa Francisco, escrito para el jubileo del próximo año, pero que nos viene como anillo al dedo para reflexionar durante este adviento.

En los rostros de las personas migrantes con las que Red Íncola trabaja, la esperanza se refleja con una intensidad que a menudo nos conmueve. Quizá sea simplemente la esperanza de tener futuro, porque en su tierra les ha sido negado. O quizá la esperanza de una vida más digna; un empleo, una casa, un poco de seguridad y una educación para sus hijos. La esperanza de que es posible la vida, una nueva vida.    

Sin embargo, la mayoría de veces ese sueño inicial no es un camino de rosas: Rupturas culturales, expectativas desvanecidas, laberintos burocráticos, ilusiones truncadas, miradas que juzgan, etc. Pero la promesa continúa: “no defrauda nunca”.

Y esta esperanza migrante, choca muchas veces con la mirada de una sociedad que, sumida en el consumo y la búsqueda de “calidad de vida” superficial , se olvida de buscar una vida de calidad, una vida con sentido. Unas ciudades cada vez más distantes y frías. Unos ciudadanos más preocupados por si mismos e indiferentes. Y también un poco más lejos de la Esperanza que nos trae un pequeño niño sin hogar y migrante.

A veces, la luz de la esperanza brilla con fuerza, como un faro que nos guía y nos llena de ilusión. Otras veces, se percibe más tenue, casi imperceptible, como una llama que lucha por mantenerse encendida en medio de la oscuridad.

Este adviento nos invita a detenernos, y fijarnos un poco más en la verdadera esperanza y en las personas dónde podemos encontrarla. Porque, aunque nos encontremos en situaciones de dificultad, siempre nos quedará la Esperanza que no defrauda nunca.

Foto de Nathan Dumlao en Unsplash

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