Este fin de semana hemos celebrado la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado con el lema “Dios camina con su pueblo”. Junto con las entidades de “Migrantes con Derechos” en Valladolid hemos organizado diferentes actividades para visibilizar esta realidad y defender sus derechos.
El viernes 23 participamos en las “Bibliotecas Humanas” en la plaza de la Universidad. Una iniciativa en la que media docena de migrantes de diferentes perfiles contaron a quienes se acercaban su historia vital. Las bibliotecas humanas nacieron en Dinamarca con el objetivo de compartir experiencias a través del contacto humano. En ellas, la idea es que las personas son libros para compartir historias que rompen estereotipos y acercan realidades como el refugio, la pobreza o la trata que en la mayoría de los casos nos parecen muy alejadas de nuestra vida diaria.
EAna María, Alexandra, Kuljeet, Abderrahim, Ismail, entre otros compartieron su relato de vida, cada persona una gran historia. “Escucharles es como pisar tierra sagrada, parece increible que ocurra esto”.
“Dejar toda una vida en Nicaragua ha sido muy duro para toda la familia, tener que huir por lo que has luchado” Alexandra relataba en su historia cómo está su país y por qué tuvo que venir refugiada.
El domingo 29 de septiembre, Red Íncola estuvo presente en la celebración de la eucaristía en la parroquia Franciscana de La Inmaculada. El Papa Francisco destaca el compromiso con las comunidades acogedoras “Dios está con los migrantes, y no con quieres los rechazan”. A este respecto, Jose María Lucas, que celebró la eucaristía, destacó la importancia de ser comunidades acogedoras y a cortar con todo lo que hace daño a las personas y obstaculiza su integración.
Os invitamos tener presentes hoy a las personas migrantes y refugiadas, y seguir caminando juntos por la dignidad y derechos de todas las personas.
Dios, Padre todopoderoso,
somos tu Iglesia peregrina
que camina hacia el Reino de los Cielos.
Cada uno de nosotros habita en su propia patria,
pero como si fuéramos extranjeros.
Toda región extranjera es nuestra patria,
sin embargo, toda patria es para nosotros tierra extranjera.
Vivimos aquí en la tierra,
pero tenemos nuestra ciudadanía en el cielo.
No permitas que nos constituyamos en amos
de la porción del mundo
que nos has dado como hogar temporal.
Ayúdanos a no dejar nunca de caminar
junto con nuestros hermanos y hermanas migrantes
hacia la morada eterna que tú nos has preparado.
Abre nuestros ojos y nuestro corazón
para que cada encuentro con los necesitados
se convierta también en un encuentro con Jesús,
Hijo tuyo y Señor nuestro.
Amén.