Un centenar de personas participamos ayer en la primera marcha “Caminos de Hospitalidad” dentro de la campaña nacional de Hospitalidad promovida por los Jesuitas, y aquí en Valladolid impulsada por Entreculturas, Fundación Red Incola y Fundación Inea.
Caminos de Hospitalidad se inspira en unas caminatas realizadas en Siria, y promovidas por el jesuita asesinado Frans van der Lugt , en las que personas de diferentes convicciones religiosas, caminaban, dialogaban, reflexionaban, y compartían, tratando de crear puentes de unión y de apostar por lo que nos une en vez de por lo que separa.
Inspirándose en estas caminatas, acaban de tener lugar en España otras en las que 100 personas sirias que actualmente viven por toda Europa, han caminado, junto a personas de otras comunidades, por Loyola, Pamplona, y Barcelona. A ellos se ha sumado nuestro compañero Jack, jesuita libanés que conoció y compartió con Frans, y actualmente está colaborando en Red Incola en el diseño del futuro espacio interreligioso.
En la marcha de ayer, 21 de junio, realizamos un recorrido de unos 8 kms, desde la Plaza Mayor hasta Inea, recordando a todas las personas que migran, y que, por un motivo o por otro, se ven obligados de dejar sus países, emprendiendo viajes de un montón de kilómetros para llegar a la soñada Europa. Una Europa, que cada vez menos, al menos a nivel político, tiene capacidad y/o interés por acoger.
Desde nuestra pequeña marcha, quisimos mostrar la otra cara. La cara de las personas que, seamos de donde seamos, vivimos en Valladolid y sí que queremos participar de la acogida. Siendo además conscientes de que aún queda mucho camino que recorrer para una plena acogida e inclusión social. Para ello alzamos la voz y expresamos nuestras demandas a los representantes políticos:
1. Salvar las vidas de las personas que intentan cruzar las fronteras.
2. Proteger a las personas que salvan vidas y defienden los derechos humanos en las fronteras (en referencia a los casos de Proactiva-Open Arms, Proem-Aid, Helena Maleno).
3. Acelerar el procedimiento de reasentamiento y ampliar las cuotas para acoger a personas refugiadas, instando al Gobierno a que responda a las llamadas a la solidaridad para la acogida de personas refugiadas.
Ayer conmemoramos el día del refugiado, porque de algún modo todos somos refugiados. Todos, alguna vez, hemos sentido la necesidad de que alguien nos proteja. Hoy en día muchas de las personas que tienen que salir de sus países para luchar por una seguridad, estabilidad y una vida mejor también sienten algo así.
Seguimos oyendo en las noticias como miles de personas intentan llegar a nuestras costas, cruzar las fronteras que ponemos entre países para poder lograr su sueño, vemos jóvenes, familias y niños que salen de su país porque se sienten amenazados y pagan un costosísimo pasaje para poder empezar a crear un sueño de vida mejor.
Ojalá nos sintamos todos como dos grandes brazos que son capaces de acoger, ojalá no sea un solo un símil sino que apostemos por acoger a las familias que necesitan de nuestro apoyo, quién sabe si el día de mañana nosotros tengamos que actuar como ellos, como ya hicimos hace unos años.
Ojalá vayamos dando pasos para poder crecer en compasión y ponernos en la piel del otro, pensar en un Nosotros más grande, pensar en una familia que pueda abarcar más allá de nuestros apellidos, de nuestro país, de nuestro color de piel o religión. Que seamos una única familia humana capaz de construir puentes entre todos.
