Hoy, las Religiosas de María Inmaculada, institución miembro del patronato de Fundación Red Íncola, celebran con una eucaristia los 125 años de presencia en esta ciudad, que desde el inicio facilitó con cariño la misión de estas hermanas en la prevención, acompañamiento y formación de jóvenes.
Lo que comenzó como una casa colegio para jóvenes sirvientas se ha ido ampliando con los años, adaptando a los tiempos. En los inicios de Red Íncola, el «Hogar Vicuña», localizada en esta casa de María Inmaculada, se convirtió en un referente para las mujeres migrantes que llegaban a Valladolid. «Ofrecian alojamiento nocturno, con cena y desayuno. Recuerdo con mucho cariño a la hermana Ana María, y muchos voluntarios y voluntarias que acompañaban a estas mujeres y les alentaban» recuerda Maria Luisa. Actualmente, en su residencia se sisgue encontrando uno de los recursos de alojamiento de Red Íncola «Residencia Vicuña» que proporciona una acogida y un respiro para mujeres jóvenes migrantes.
Según Ana Rosa, religiosa de María Inmaculada «Realizamos nuestra labor centradas en Cristo y viviendo junto a la joven más necesitada. La belleza de este primer legado de hermanas continúa, dando gracias a Dios por las personas que la Vida pone en nuestro camino, por el trabajo en red, llevando la semilla de bien a tantos hogares y con la que las hermanas también nos nutrimos desde la residencia de jóvenes y del centro social»
Desde Red Íncola nos sumamos a celebrar y agradecer todo el trabajo realizado durante estos años, y esperamos seguir trabajando en red a favor de las personas migrantes.
