El sábado 6 de abril, a las 19.00 horas, se celebró el Iftar del Ramadán en la fundación Red Incola. Con más de 120 personas presentes, esta jornada fue un encuentro para estrechar los lazos de unión entre personas de diferentes creencias religiosas. Una fiesta de la diversidad, la convivencia y la solidaridad.
El evento fue organizado hasta el último detalle por un equipo de voluntariado formado por jóvenes de la comunidad musulmana coordinado por Ghizlane, la mediadora intercultural de Red Íncola, como una actividad interreligiosa dentro del proyecto «Tejiendo ciudadanía».
Quieres participaron en este acto fueron testigos del ambiente familiar y acogedor que se respiraba. Desde el primer momento, los invitados se sintieron envueltos en un ambiente cálido y festivo, que te trasportaba enseguida a Marruecos. La entrada y la sala decoradas para la fiesta. Como señal de bienvenida, cada participante recibió una tarjeta personalizada con su nombre y apellidos en árabe junto con la oferta de disfrutar de una deliciosa taza de shai (té marroquí), típico de su tradición. Los comensales se reunieron junto a la comunidad musulmana, entre los que se encontraban algunos representantes del Ayuntamiento de Valladolid, representantes de otras confesiones religiosas, el Imán de la comunidad musulmana de la ciudad, que dio su saludo y bienvenida a los presentes, educadores, profesionales, voluntarios y participantes de Red Íncola entre otros.
Una vez que todos estuvieran sentados, Maru dió la bienvenida destacando lo importante de celebrar juntos y sentirnos hermanos y hermanas.
Douaa y Nada fueron las encargadas de presentar las diferentes intervenciones para conocer el islam, el mes sagrado del Ramadán y las conexiones que existen con el cristianismo.
«Es un tiempo de contemplación, gratitud y oración. Un tiempo en el que el valor de la renuncia no se vive como una imposición, sino como un momento para acercarse a Dios»
Los discursos fueron razonados para dar a conocer en profundidad y aclarar el significado de este momento tan importante para el islam, donde cada hermano y hermana puede sentirse libre de expresar sus creencias a través de todos los signos y momentos que los distinguen. Fue una ocasión de escucha y reflexión a través de la recitación del Corán y el canto del almuecín, que -como cada día en todos los
países de religión musulmana- se dispone a recitar la oración que marca los momentos del día.
«El iftar es la comida que marca el final de la jornada, y en la que la familia se reúne para disfrutar de un momento de convivencia»
Cada invitado fue invitado a participar a través de las numerosas preguntas y reflexiones que surgieron durante los diferentes momentos de la velada, en los que tanto los miembros del equipo como el propio imán dirigieron con el fin de crear un ambiente de inclusión, de debate y de aprendizaje. A lo largo de la fiesta, los invitados tuvieron la oportunidad de disfrutar de un momento de convivencia y familiaridad, transportados a través de la comida típica de la tradición marroquí, el momento de la henna ofrecido durante toda la velada para aquellos que deseaban involucrarse en las costumbres, junto con el momento final de bailes y canciones populares.
Se dio expresión no sólo a la cultura marroquí, sino también a la cultura palestina recordada repetidamente a través de la frase «Palestina libre» para no olvidar que todo el sufrimiento que vive el pueblo palestino es un sufrimiento que todos los seres humanos deberían sentir como propio. Con este llamamiento a la paz y a compartir, se creó un sentimiento de comunidad muy fuerte que dejó en todos los participantes una sensación de plenitud y una conciencia aún mayor de que -a pesar de lo que se piense y crea- el Islam es una expresión de LIBERTAD y PAZ.
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