El 20 de noviembre se celebra el Día de los Derechos de la Infancia, una fecha para visibilizar la desigualdad y discriminación a la que se enfrentan cada día muchos niños y niñas y reivindicar la obligación de las instituciones para garantizar estos derechos: protección, educación, salud, identidad, información de calidad, jugar, intimidad, a la vida, a asociarse, expresar su opinión y ser escuchado.
En relación a este último derecho, Douaa Samgat, participante de Red Íncola y presidenta del Foro de Participación de la Infancia y la Adolescencia de Castilla y León, estuvo participando en el I Encuentro Nacional de Espacios de participación de la Infancia y Adolescencia, en el que los propios menores crearon el siguiente manifiesto:
Nos encontramos en el I Encuentro de espacios de participación de la infancia y la adolescencia, con niños, niñas y adolescentes de tres Comunidades Autónomas, Galicia, Extremadura y Castilla y León.
Durante este fin de semana que hemos compartido, hemos estado trabajando sobre algunos derechos que nos preocupan, poniendo en común nuestros diferentes puntos de vista.
La manera de trabajo que hemos seguido ha sido a través de dinámicas en las cuales cada uno aportaba su opinión sobre las diferentes temáticas trabajadas. Tras unas puesta en común y recogiendo la opinión de todos los participantes, hemos llegado a la conclusión de que muchos de los derechos que nos preocupan realmente no se cumplen. Creemos que estos se deberían cumplir y por ello estamos aquí para que nuestra voz sea escuchada, funcionando como altavoz de todos los niños, niñas u adolescentes de toda España.
Los derechos que más nos inquietan y que encontramos ciertas carencias a la hora de ser respetados y tenidos en cuenta, son la salud, educación, ocio, igualdad y libertad. Para empezar vamos a hablar sobre la salud, donde consideramos que no solo es el bienestar físico sino también el mental. Dentro de la salud, los temas que más nos importan son: la violencia, donde es importante detectarla a tiempo para que no afecte a nuestra salud e integridad física o psicológica. Esta violencia es la que provoca que mayor cantidad de niños, niñas y adolescentes deban ser atendidos por temas de salud mental. Esta atención sanitaria se ve atentada por la falta de personal y las exageradas listas de espera, acentuándose en los medios rurales.
El derecho por el que más preocupación hemos expresado en este encuentro, es la educación, ya que ocupa la mayor parte del tiempo de los niños, niñas y adolescentes. A pesar de ello, no se toma en cuenta la opinión y experiencia de docentes, alumnado y demás personas cuyo trabajo está centrado en la educación. Otro gran problema es la falta de igualdad de oportunidades, ya sea por los precios del material escolar, la dispersión de centros educativos y la falta de calidad de esta educación, disminuida
por el ratio de alumnos y la falta de profesorado.
Otros derechos en los que vemos carencias es en el Ocio, ya que queremos tener espacios seguros adaptados a nuestras necesidades y horarios. También vemos carencia en la falta de variedad de actividades para los diferentes grupos de edad y aficiones. Nos gustaría poder aportar nuestras ideas y opiniones y que se lleven a cabo actividades dinamizadas por jóvenes.
También queremos pedir una igualdad entre adultos y niños, siendo escuchados para llegar a acuerdos comunes. A su vez demandamos una igualdad basada en el respeto hacia las identidades, etnias y religiones y proponemos que se promuevan políticas de integración activa.
Y por último queremos poder expresarnos con libertad y que nuestra opinión sea tomada en cuenta y utilizada a la hora de tomar decisiones.
