Para hacer visible lo invisible, muchas veces necesitamos poner a punto nuestra mirada, cambiar de gafas, o mirar más lejos para ver mejor.
Los sentidos son las puertas que comunican lo que pasa alrededor, con lo que vivimos interiormente cada persona y que ayudan a pasar de las cosas visibles a las invisibles y al revés.
¿Cómo percibo el mundo exterior? ¿Qué filtros llevan mis gafas?
Tal vez, algún día, llevemos puesto el filtro gris que siempre ve lo peor de mis compañeros, de la familia o de la gente que me rodea. Otros días quizá, uno amarillo que extrae la luz que sale de aquellos a quienes miro. O un filtro que distorsiona la realidad, o un filtro que sólo se alimenta de determinado tipos de noticias.
Cuidar y tratar bien a los demás depende del prisma, de la perspectiva, del color, desde el que los miramos.
Por eso, desde Red Íncola, junto con el sistema de Entorno Seguro, os proponemos un ejercicio práctico: reenfoca tu mirada al modo de Jesús; mirar como él miraba a la mujer, al migrante, al que ha perdido la esperanza, al otro. Es una mirada de misericordia, de ponerse en su mismo nivel y de amor infinito.
Piensa en cómo es hoy tu mirada. Pásala por el corazón, y deja que, una vez puesta apunto, te ayude a bien-cuidar y bien-tratar a los demás y a ti mismo para hacer visible lo invisible.