En una nueva etapa del proyecto europeo Kleos, Red Íncola junto con el Centro Albor, han desarrollado una serie de 12 sesiones de formación sobre mediación intercultural en el ámbito de la lucha contra la trata de seres humanos. En la formación participaron cinco mujeres de diferentes nacionalidades, que se sumergieron en este proceso, transformándolo en un testimonio vivo de resiliencia y unidad.
Una Conexión Multicultural y trabajo en red
Las sesiones, diseñadas para abordar la trata de seres humanos desde una perspectiva intercultural, fueron guiadas por un grupo de profesionales, dos de ellas pertenecientes a la Fundación Red Íncola y otras dos del Programa Oblatas Centro Albor. «la unión de las dos entidades tiene un propósito claro: empoderar a las participantes para convertirlas en agentes de cambio en sus comunidades» cuenta María Gutiérrez, trabajadora social de Red Íncola e integrante del grupo Kleos.
Este trabajo en red con el centro Albor demostró ser fundamental. Trabajar con profesionales especializadas en diversos ámbitos aportó una visión más amplia y global a la formación y acompañamiento. La intersección de conocimientos y experiencias ofreció perspectivas únicas, enriqueciendo tanto a las participantes como a las profesionales involucradas.
Además, durante las sesiones, se ha contado con la colaboración de voluntarias expertas en diversas disciplinas, como abogadas, psicólogas y la participación activa de una policía nacional de la UCRIF, que enriqueció la experiencia de aprendizaje, proporcionando una visión completa y global sobre la trata de seres humanos.
Más que una Formación: construyendo confianza
Al inicio, cada participante llevaba consigo una mochila de experiencias personales difíciles. Establecer un ambiente de confianza fue todo un desafío, pero las sesiones no solo ofrecieron conocimientos, sino también momentos de encuentro a través de una merienda intercultural. Este pequeño gesto se convirtió en un puente que permitió crear vínculos informales, dando a las participantes la confianza necesaria para expresarse libremente.
Este espacio compartido no solo permitió a las profesionales conocer más a fondo a las participantes, sino que también facilitó la creación de relaciones entre ellas. Un intercambio enriquecedor donde, a través de sus experiencias personales, han encontrado la fuerza para formarse en el ámbito de la trata de seres humanos y, de esta manera, convertirse en aliadas para otras víctimas.
La segunda fase del proyecto Kleos no solo ha sido una formación, sino un viaje emocional y educativo que ha dejado huella en todas las involucradas. Desde este proyecto estamos construyendo un camino hacia un futuro , de esperanza y empoderamiento a víctimas y potenciales víctimas de trata.
