Todo inicio de curso tiene su punto de magia, de novedad, de nervios, de salto al vacío, de confianza…
Este pasado martes 24 de septiembre también tuvimos el acto con más magia de todo el curso: la entrega de becas escolares. Y no sólo porque contamos con la magia del ilusionista Max Verdié, sino por la presencia de 45 familias que quieren seguir comprometidos con la educación de sus hijos e hijas.
Un acto siempre muy emotivo:
Por un lado, muchos de los donantes que han hecho posible este sueño que conseguimos repetir cada año. Empresas, instituciones, comunidades, residencias universitarias, grupos de música y personas particulares, comprometidos con el derecho a una educación en igualdad de oportunidades. Gracias a cada uno por vuestro apoyo a estas familias.
Junto con los donantes; los niños y niñas con sus familias. Historias con nombre y apellidos y con un rostro concreto como el de Andrés, Valeria o Andrea. Uno a uno fueron subiendo al escuchar su nombre con la dignidad y la importancia de subir a recoger el diploma acreditativo y el cheque ante más de 100 personas.
Y también el equipo técnico, que, con su implicación, es el esqueleto que hace que todos los programas de la red, funcionen y también el programa de becas, con sus 179 solicitudes que durante junio, julio y septiembre fueron entrevistadas individualmente.
Si algo puede resumir la entrega de becas, fueron las sonrisas en cada uno de los asistentes. Quizá producto de la magia, o de la ilusión de que gracias a este pequeño gesto, podemos cambiar juntos el mundo, o al menos mejorar el de uno de estos pequeños.