Un último adiós a Vicente

«No vimos a Vicente. La hoguera estaba apagada. Parecía que llevaba, al menos, un día sin prenderse. Los gatos andaban por ahí y su perro también. Nos ladraba y se movía. Paco y yo lo estuvimos comentando, pero no nos quisimos poner en lo peor. Le dejamos un batido y un auto-calentable sobre una silla, sobre la que había ya una cazadora.»

Con estas palabras de Pablo y Paco, dos voluntarios de Café solidario, confirmábamos que Vicente, una de las personas sin hogar que acompañamos por la noche, había fallecido.

Ya nos habias dado otros sustos, con su asma y su falta de aire, pero esta vez fue de verdad. Se fue como vivió, sencillamente, sin llamar mucho la atencion. Y esa hoguera que encendía cada dia se apagó para iluminar otro fuego, el de su vida y el rescoldo que deja en todos nosotros. Echaremos de menos esa fogata y el humo que se nos colaba entre la ropa. Y entre ese olor, recordaremos esa charla sencilla, tu sonrisa entre café o cola-cao, ese claro,claro, ese Vicente no fumes tanto, ya, ya, que no puedo, ese dabuten cuando nos despediamos.

Y si alguien pensó que no le ibamos a añorar, se equivoca…porque desde su sencillez nos ha marcado. Por eso, aunque nos hubira gustado despedir a Vicente de otra manera, queremos hoy recordarle y agradecer todas las noches que hemos compartido con Café Solidario.

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