Un año más, durante el mes de julio, se ha organizado el campamento urbano Rumbo Joven en las instalaciones de INEA, donde 21 jóvenes migrantes entre 14 y 18 años y jóvenes voluntarios/as han podido disfrutar del espacio tanto al aire libre, entre los huertos y arboladas de la finca, como en el interior de las aulas.
Las actividades de verano tienen un doble objetivo, por un lado apoyar las necesidades de superar algunos desfases curriculares y potenciar el aprendizaje del español; y por otro lado ser un espacio de convivencia intercultural en la que se han desarrollado talleres, dinámicas y ocio.
Entre las actividades, se han llevado a cabo un taller de prevención de drogodependencias y otro de prevención de violencia de género con Fundación Aldaba-Proyecto Hombre. También ha habido momento para que potenciar el lado artístico de los jóvenes a través del proyecto de
Migrart y cada viernes han disfrutado de un día de piscina.
Todo esto se ha podido realizar gracias al apoyo y a la participación de diferentes grupos de voluntariado. Cada semana han participado un total de 7 u 8 jóvenes voluntarios y voluntarias procedentes de grupo Magis, de la Pastoral Juvenil La Salle, y de UNIJES (Universidad de Deusto, Comilla y Oporto). Además de su ayuda se ha establecido un intercambio intercultural y una convivencia muy interesante entre los diferentes grupos de jóvenes que sin duda han enriquecido esta experiencia. «Es una gozada ver como jóvenes de diferentes realidades conviven durante la semana, conectan con total naturalidad, es un voluntariado que marca»
El viernes ya acaba, pero nos veremos en septiembre con nuevas actividades dentro del proyecto Rumbo Joven, financiado por la Junta de Castilla y León, a través del programa del IRPF, y del Ayuntamiento de Valladolid.